Recupero de nuevo, esta vez, son pequeños trucos a tener en cuenta para elegir sitio, orientación, etc.
1-Elección del soporte y orientación.
Son muchos y variados: Vallas, pérgolas, arcos, pilares, muros, alambres y árboles. Es conveniente tener instalado el soporte antes de plantar el trepador/rambler. Debe ser un soporte lo suficientemente fuerte como para aguantar el peso final del rosal adulto.
El viento: En zonas con mucho viento, mejor (casi diría que imprescindible) en una zona protegida. Los rosales que trepan resisten mal el exceso de aire, pueden llegar a desarraigarse, por muy bien sujetos que estén al soporte. Además, las espinas rompen los brotes tiernos y las hojas, al ser movidas las ramas. En zonas con menos vientos, procurar que se forme un ángulo con respecto a la dirección de los vientos más frecuentes.
El sol: Pleno sol, a excepción de cultivares que soporten horas de sombra.
2-Plantación.
Seguir las indicaciones generales para rosales.
Salvedades: Si se planta al lado de un muro, procurar que haya una distancia adecuada (mínimo 30 cms), necesaria para la circulación de aire y el posterior mantenimiento. Recordar, además, que los pies de los muros son zonas muy secas, por lo que hay que vigilar el riego, sobre todo el primer año.
Los rosales trepadores/ramblers se suelen vender con las ramas más largas que el resto de rosales. Estas ramas nunca se deben podar, ya que forman la estructura básica que comenzaremos a guiar desde el primer año.
jueves, 10 de abril de 2008
martes, 25 de marzo de 2008
Recupero información de hace un par de años.
SELECCIONANDO UN TREPADOR/RAMBLER.....
Los rosales que nos ocupan tardan varios años en establecerse y alcanzar la madurez. Es por ello importante el tomarse un tiempo para decidir el cultivar que plantaremos, tomando siempre en consideración el estilo y estructura del jardín.
Los factores a tener en cuenta son:
1-Tamaño. No es lo mismo elegir un trepador para cubrir un muro que para un pequeño arco o para un pilar.
Debemos analizar el espacio del que disponemos y elegirlo en función de eso. Si un trepador tiene un tamaño final de 5-6 metros, no podremos mantenerlo en un tamaño inferior, por mucho que pensemos en podar o guiar. La forma ‘estructural’/natural debe respetarse para poder disfrutar del cultivar en todo su esplendor.
El clima es un elemento importante a tener en cuenta: Los mismos rosales pueden crecer mucho más en los climas suaves.
2-Exposición. Como norma general, un rosal necesita un mínimo de 6 horas de sol directo al día. No obstante, existen cultivares algo resistentes a una sombra parcial (nunca sombra total). Si ése es nuestro caso, tratemos de ceñirnos a ellos a la hora de elegir.
Son ejemplos: Mme. Alfred Carrière, New Dawn, Veilchenblau, Golden Showers,....
En los buenos archivos de rosas disponibles en la web y en los manuales sobre rosas, suelen especificar los cultivares que se adaptan a esta situación de sombra parcial.
3-Resistencia a las enfermedades. Importante por varios aspectos:
-Si el tamaño final del arbusto es muy grande, el pulverizar puede ser más complicado.
-Los arbustos cultivados en sombra parcial resultan más vulnerables a los ataques fúngicos.
-Los rosales que van a cubrir paredes deben ser los más resistentes, ya que se reduce la circulación de aire. Sin embargo, cultivando en arcos y pérgolas, a pleno sol, la circulación de aire es perfecta.
-Así como los trepadores/ramblers tardan varios años en establecerse, también muchos de ellos desarrollan con la edad una mayor resistencia a las enfermedades. Si un cultivar está catalogado como ‘resistente’, puede tardar un tiempo en manifestar esa resistencia. Cuestión de paciencia y saber esperar.
Trepador moderno Mon Jardin et Ma Maison.
4-Repetición de floración. Muchos trepadores/ramblers tienen una única floración a principios/mediados del verano que suele durar entre 4 y 6 semanas en ejemplares establecidos. Esto no supone inconveniente alguno si se dispone de suficiente espacio, ya que esa única floración es muy espectacular.
Ahora bien, si disponemos de un jardín pequeño, podría interesarnos más el cultivo de variedades con floración repetitiva, para no dejar ‘vacío de flores’ nuestro espacio durante la mayor parte del año. No hay que olvidar la importancia del riego, ubicación, la aportación de fertilizante de forma adecuada y, fundamental, el eliminar las rosas marchitas. En todos los rosales influye de manera decisiva en la repetición, pero, en los trepadores, todavía es más importante, ya que se trata de arbustos con un porte final considerable.
5-Color de la flor. Depende del gusto personal de cada uno. Si se trata de rosales de gran porte, los colores neutros (blanco, blanco-crema, blanco-rosado, blanco-ocre, blanco-amarillo), suelen aportar un fondo más relajado, y se pueden combinar con cualquier cosa.
Los colores más fuertes, como el rojo (sobre todo bermellón), el naranja y algunos amarillos, son más difíciles de combinar, sobre todo entre sí, pero, no obstante, se pueden conseguir efectos sorprendentes.
La gama rosa, rosa-melocotón, amarillo-melocotón y naranja-melocotón produce un efecto agradable. En este punto, los rosales trepadores ingleses se llevan el primer premio y son una opción buenísima. Hay que tener en cuenta que este tipo de rosales multi-tonos no mantienen una coloración uniforme, sino que es más intensa en períodos de temperaturas frescas (primavera y otoño) y más desvaída en el pleno verano.
SELECCIONANDO UN TREPADOR/RAMBLER.....
Los rosales que nos ocupan tardan varios años en establecerse y alcanzar la madurez. Es por ello importante el tomarse un tiempo para decidir el cultivar que plantaremos, tomando siempre en consideración el estilo y estructura del jardín.
Los factores a tener en cuenta son:
1-Tamaño. No es lo mismo elegir un trepador para cubrir un muro que para un pequeño arco o para un pilar.
Debemos analizar el espacio del que disponemos y elegirlo en función de eso. Si un trepador tiene un tamaño final de 5-6 metros, no podremos mantenerlo en un tamaño inferior, por mucho que pensemos en podar o guiar. La forma ‘estructural’/natural debe respetarse para poder disfrutar del cultivar en todo su esplendor.
El clima es un elemento importante a tener en cuenta: Los mismos rosales pueden crecer mucho más en los climas suaves.
2-Exposición. Como norma general, un rosal necesita un mínimo de 6 horas de sol directo al día. No obstante, existen cultivares algo resistentes a una sombra parcial (nunca sombra total). Si ése es nuestro caso, tratemos de ceñirnos a ellos a la hora de elegir.
Son ejemplos: Mme. Alfred Carrière, New Dawn, Veilchenblau, Golden Showers,....
En los buenos archivos de rosas disponibles en la web y en los manuales sobre rosas, suelen especificar los cultivares que se adaptan a esta situación de sombra parcial.
3-Resistencia a las enfermedades. Importante por varios aspectos:
-Si el tamaño final del arbusto es muy grande, el pulverizar puede ser más complicado.
-Los arbustos cultivados en sombra parcial resultan más vulnerables a los ataques fúngicos.
-Los rosales que van a cubrir paredes deben ser los más resistentes, ya que se reduce la circulación de aire. Sin embargo, cultivando en arcos y pérgolas, a pleno sol, la circulación de aire es perfecta.
-Así como los trepadores/ramblers tardan varios años en establecerse, también muchos de ellos desarrollan con la edad una mayor resistencia a las enfermedades. Si un cultivar está catalogado como ‘resistente’, puede tardar un tiempo en manifestar esa resistencia. Cuestión de paciencia y saber esperar.
Trepador moderno Mon Jardin et Ma Maison.
4-Repetición de floración. Muchos trepadores/ramblers tienen una única floración a principios/mediados del verano que suele durar entre 4 y 6 semanas en ejemplares establecidos. Esto no supone inconveniente alguno si se dispone de suficiente espacio, ya que esa única floración es muy espectacular.
Ahora bien, si disponemos de un jardín pequeño, podría interesarnos más el cultivo de variedades con floración repetitiva, para no dejar ‘vacío de flores’ nuestro espacio durante la mayor parte del año. No hay que olvidar la importancia del riego, ubicación, la aportación de fertilizante de forma adecuada y, fundamental, el eliminar las rosas marchitas. En todos los rosales influye de manera decisiva en la repetición, pero, en los trepadores, todavía es más importante, ya que se trata de arbustos con un porte final considerable.
5-Color de la flor. Depende del gusto personal de cada uno. Si se trata de rosales de gran porte, los colores neutros (blanco, blanco-crema, blanco-rosado, blanco-ocre, blanco-amarillo), suelen aportar un fondo más relajado, y se pueden combinar con cualquier cosa.
Los colores más fuertes, como el rojo (sobre todo bermellón), el naranja y algunos amarillos, son más difíciles de combinar, sobre todo entre sí, pero, no obstante, se pueden conseguir efectos sorprendentes.
La gama rosa, rosa-melocotón, amarillo-melocotón y naranja-melocotón produce un efecto agradable. En este punto, los rosales trepadores ingleses se llevan el primer premio y son una opción buenísima. Hay que tener en cuenta que este tipo de rosales multi-tonos no mantienen una coloración uniforme, sino que es más intensa en períodos de temperaturas frescas (primavera y otoño) y más desvaída en el pleno verano.
sábado, 29 de diciembre de 2007
Pat Austin, dedicada por David a su esposa.
No fue la primera rosa inglesa que captó mi atención, pero sí fue una de las primeras que me empeñé en tener en el jardín.
Pat Austin (Austin, 1995).
Es un rosal inglés perteneciente al grupo Leander. Es curioso:
el catálogo de Austin define su crecimiento
como similar al de Golden Celebration y Abraham Darby, pero ni se les parece. Cierto es que Golden y Abe tienen formas similares, ramas largas y arqueadas. Pero Pat es un arbusto muy ramificado y vigoroso, con crecimiento vertical. Me llama la atención este fallo en la descripción del catálogo.
Las flores, en ramilletes, se definen como de 'color cobre', a mí me recuerdan al color de Just Joey, pero con una mezcla tirando más hacia el amarillo. JJ tiene las venas marcadas en rojo, y tiende al rojo. En todo caso, se trata de un color muy difícil de encontrar en una rosa, lo presentan cultivares contados.
Forma de copa, con pétalos sueltos y numerosos. El aroma es agradable, a té, bastante intenso,
sobre todo al atardecer.
El follaje es verde brillante, sano, en ramas con madera joven de color rojo.
Y, ahora, entramos en lo polémico de esta rosa: se cae. Es decir, el peciolo es débil. A mucha gente, este efecto les resulta desagradable, porque son flores muy hermosas, que no terminan de verse bien. Entiendo esta postura, sobre todo cuando se cultiva en un pequeño jardín, ya que hay que maximizar el espacio con cultivares que merezcan la pena. Pero, también es de recibo comentar que el arbusto en plena flor es todo un espectáculo, teniendo un efecto paisajístico muy bueno. Así que, cada uno debe elegir si tenerla o no, según su gusto.
Como flor cortada, no tiene una duración remarcable. Puede resultar interesante para un arreglo efímero, debido a su color.
Pat Austin (Austin, 1995).
Es un rosal inglés perteneciente al grupo Leander. Es curioso:
el catálogo de Austin define su crecimiento
como similar al de Golden Celebration y Abraham Darby, pero ni se les parece. Cierto es que Golden y Abe tienen formas similares, ramas largas y arqueadas. Pero Pat es un arbusto muy ramificado y vigoroso, con crecimiento vertical. Me llama la atención este fallo en la descripción del catálogo.
Las flores, en ramilletes, se definen como de 'color cobre', a mí me recuerdan al color de Just Joey, pero con una mezcla tirando más hacia el amarillo. JJ tiene las venas marcadas en rojo, y tiende al rojo. En todo caso, se trata de un color muy difícil de encontrar en una rosa, lo presentan cultivares contados.
Forma de copa, con pétalos sueltos y numerosos. El aroma es agradable, a té, bastante intenso,
sobre todo al atardecer.
El follaje es verde brillante, sano, en ramas con madera joven de color rojo.
Y, ahora, entramos en lo polémico de esta rosa: se cae. Es decir, el peciolo es débil. A mucha gente, este efecto les resulta desagradable, porque son flores muy hermosas, que no terminan de verse bien. Entiendo esta postura, sobre todo cuando se cultiva en un pequeño jardín, ya que hay que maximizar el espacio con cultivares que merezcan la pena. Pero, también es de recibo comentar que el arbusto en plena flor es todo un espectáculo, teniendo un efecto paisajístico muy bueno. Así que, cada uno debe elegir si tenerla o no, según su gusto.
Como flor cortada, no tiene una duración remarcable. Puede resultar interesante para un arreglo efímero, debido a su color.
martes, 18 de diciembre de 2007
Sobre cuentos de hadas: The Fairy.
Si hay una rosa con el nombre 'bien puesto', ésa es The Fairy (Bentall, 1932), por su aspecto algo etéreo, y de cuento de hadas. Mi abuela recuerda esta rosa como una 'de las de toda la vida', había varios arbustos en el jardín de sus suegros (A Estrada, Pontevedra), y las llamaban 'rosas francesitas'.
Bentall era el ayudante de un gran hibridador, el Reverendo Pemberton, y, de alguna manera, fue su heredero. Según HelpMeFind, el parentesco de The Fairy no está claro. Se dan dos posibles alternativas: 'Paul Crampel' x 'Lady Gay', o bien que se trate de un sport de 'Lady Godiva' (sería apropiada ésta última como madre jajajaja).
Tampoco hay acuerdo sobre su clasificación, aunque la inmensa mayoría de las veces viene citada como integrante del grupo de las polyanthas.
En todo caso, para aquellos familiarizados con los híbridos musk, verán gran similitud con ellos,
por su manera de florecer en ramilletes piramidales de numerosas flores.
El arbusto mantiene una altura no superior al metro en los climas más duros, aunque si se deja crecer a discrección, en climas cálidos puede llegar a cubrir una pared. Las hojas tienen los foliolos pequeños, muy brillantes, color verde medio. Los tallos 'se pegan', debido a sus múltiples y pequeñas espinas. Las flores nacen en grandes ramilletes, son de color
rosa camelia y tienen forma de pequeñas rosetas, muy dobles,
muy perfectas.
The Fairy ha producido multitud de sports, algunos verdaderamente hermosos. Mi favorito es White Fairy, ya que tiene la misma forma de flor (que no de arbusto), con el añadido de un aroma a té delicioso.
Da lo mismo los años que pasen, o lo habitual de su cultivo, la belleza y la versatilidad de esta rosa son indiscutibles.
Bentall era el ayudante de un gran hibridador, el Reverendo Pemberton, y, de alguna manera, fue su heredero. Según HelpMeFind, el parentesco de The Fairy no está claro. Se dan dos posibles alternativas: 'Paul Crampel' x 'Lady Gay', o bien que se trate de un sport de 'Lady Godiva' (sería apropiada ésta última como madre jajajaja).
Tampoco hay acuerdo sobre su clasificación, aunque la inmensa mayoría de las veces viene citada como integrante del grupo de las polyanthas.
En todo caso, para aquellos familiarizados con los híbridos musk, verán gran similitud con ellos,
por su manera de florecer en ramilletes piramidales de numerosas flores.
El arbusto mantiene una altura no superior al metro en los climas más duros, aunque si se deja crecer a discrección, en climas cálidos puede llegar a cubrir una pared. Las hojas tienen los foliolos pequeños, muy brillantes, color verde medio. Los tallos 'se pegan', debido a sus múltiples y pequeñas espinas. Las flores nacen en grandes ramilletes, son de color
rosa camelia y tienen forma de pequeñas rosetas, muy dobles,
muy perfectas.
The Fairy ha producido multitud de sports, algunos verdaderamente hermosos. Mi favorito es White Fairy, ya que tiene la misma forma de flor (que no de arbusto), con el añadido de un aroma a té delicioso.
Da lo mismo los años que pasen, o lo habitual de su cultivo, la belleza y la versatilidad de esta rosa son indiscutibles.
sábado, 15 de diciembre de 2007
Volviendo a empezar: traigo a mi talismán, Leonardo
Tras el intento fallido en Spaces, donde resultó técnicamente imposible, retomo mi idea de crear un blog con mis chorradas. Esperemos que esta vez sea la definitiva.
Retomar algo significa reiniciar viejas costumbres, y una que tengo muy arraigada es lo mucho que me gusta (je je je) mi rosal Leonardo da Vinci (Meilland, 1994).
Se trata de un rosal que podemos incluir en el grupo de los arbustivos modernos, ese cajón de sastre donde cabe todo lo inclasificable. Por la forma del arbusto, no se trata de un floribunda, y, por supuesto, tampoco se trata de un híbrido de té.
Aquí podemos ver una flor abierta por completo. En este estadio, suele tener unos 8 cm de diámetro.
El arbusto presenta floraciones espectaculares, es muy generoso. Una vez establecido, siempre tiene alguna flor abierta.
Es el principio...seguimos.
Fotos: Hawai, primavera de 2006 y 2007.
Retomar algo significa reiniciar viejas costumbres, y una que tengo muy arraigada es lo mucho que me gusta (je je je) mi rosal Leonardo da Vinci (Meilland, 1994).
Se trata de un rosal que podemos incluir en el grupo de los arbustivos modernos, ese cajón de sastre donde cabe todo lo inclasificable. Por la forma del arbusto, no se trata de un floribunda, y, por supuesto, tampoco se trata de un híbrido de té.
Las hojas son más bien pequeñas, muy brillantes, de un tono verde medio. Las flores son de color rosa chicle, globulares, muy llenas de pétalos, más de 80. Tienen un aroma ligero y dulce, quizás algo afrutado.
Duran varias semanas en el arbusto, y muchos días en el jarrón.
Duran varias semanas en el arbusto, y muchos días en el jarrón.
Aquí podemos ver una flor abierta por completo. En este estadio, suele tener unos 8 cm de diámetro.
El arbusto presenta floraciones espectaculares, es muy generoso. Una vez establecido, siempre tiene alguna flor abierta.
Es el principio...seguimos.
Fotos: Hawai, primavera de 2006 y 2007.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)